el grande gusto qe
he recivido con la tuia no puedo explicartelo
y tu Madre y Antonia por consiguiente
pues aun no han enjugado sus ojos de
gozo, biendo quanto deves a esos señores
y no dudando de tus aprobechamientos
sobre cuio particular me remito a lo qe
me estiendo en la carta del Fidalgo, por
no tener tiempo pa dilatarme mas, ni la
caveza pa rendirla mas de lo qe la he
travajado oy;