El autor presenta sus disculpas a Isabel Trujillo por no haberle comprado un cintillo que ella deseaba y le informa de ciertas adquisiciones que ha hecho, a la vez que disculpa su merienda con otras muchachas.
Hermana la mas querida que ten
go, despues de desear tu salud y o
frezer la que me asiste mui a tu
disposizion.
hermana mia perdonaras por
lo corto qu e andado para tu enfe
rio pero te aseguro que io te hubie
ra comprado un zintillo, y otra
cosa pero como quiera que unos
entraban y otros salian y que si
me lo bieran comprar se habian
de presumir que hera para ty
como quiera que coren esas bozes
no me determine. pero no me quite
Dios la bida hasta tanto que ten
ga el gusto de vertelo puesto