Rmo mi Am y Dueño: el extra-
hordinario antecedente escrivi à
V Rma y el sobreescrito fue à su
nombre, olvidando ponerle al Sr
Monte. Si, pues, al recivo de esta
no es llegada aquella, busquese, y
recojase del correo, q sentiria se ex-
traviase.
Dige en ella tenia un cui-
dado grave, y empiezo à comuni-
carlo reservadissimamte.
D Rafael Car-
cante (RIP) fue curioso, derra-
mado en leccion de AAs estran-
geros; nò relajado, si muy fiel;
pero no instruido en Dogmas.
entre otras pruebas es
te me aficionò à algunos libros,
q le regale, uno fue Heinecio de
jur nat et gent le admiraba, y
yo le cautele especies, q le previ-
ne hereticas, q despues vi refuta-
das en concina en el tomo 6
Diome ahi à cono-
cer, qdo fui de aqui el de pasado
al P Franco Santos clerigo menor,
à qn me havia celebrado muchos
tiempos antes.
Hablele ahi de paso,
y aunq en punto de espiritua-
lidad de nras almas le oi; yo le
esforzè la sentencia, q llebo Sn Agn,
propugnada pr el cardenal de No-
ris, y de verdad no hize juicio, q
fuese la mitad, q me havia pon-
derado Carcante.
Trajome este, de él,
un libro manuscripto indice gral
phisico-Critico-Dogmatico. empe-
ze à leerle, y aun me parece se lo
dige à V Rma y q le notava ex-
travagantes algunas proposs; pero
ni yo sospeche mas, ni pude pro-
seguir leyendole pr irme a Sta Creu
Alli con la confusion
q tubieron mis libros, con las
obras, y con tenerle pr manuscriptos
entre legajos de papeles ni le lei.
En este tpo se me
empeño carcante, q otra obra de
dho P q iba à imprimir, y consistia
en cartas eruditas la havia de
aprobar yo pro dignitate con
critica erudicion encomiandole
escuseme modesto, me
insto distintas vezes, me concedi
pero pidiendo esperase despues de
la quaresma pr no tener ocio, ni
quarto de estudio commodo pr las
obras; y pr esto no me embio la otra
en q havia de poner la aprobn
escriviome el P Stos y aun no le res-
pondi à el sino pr carcante.
Llegò la novedad de mi
viaje, sorprendiose mi sosiego, en
tre en atenciones, y cuidados pr lo q
no bolvimos à hablar de aproba-
cion; pero fui instado executiva-
mente debolviese la citada 1ª pte
del indice gral, q tantos tpos re-
tenia, y entonces la busquè para
llebarla conmigo qdo fui à Bar-
celona.
Al partir se me olvido, y
quedo en Sta Creu. en Barca me
hablo, y visité un instante con D
Rafael al P Stos Pidiome mi corres
ponda en Md q comunicase yo su
obra con sugetos imparciales, y na-
da preocupados. tan vivamte me la
persuadio util critica y dogmatica,
q entre en gana de verla. Yo la
trage à Madrid, y qdo pude la lei.
Ella es en lo phisico, me
xor q el Malebranche de inqui-
renda veritate. En lo rethorico
aseadissima. El estilo encanta.
en la parte q asoma de ethica
y theologia Natural ya es estra
ña, y casi camina al Pirrhonis-
mo. No obstante castigada, si fue-
se obra absoluta, podia pasar; pero
como es preludio a la 2 pte en q
ofrece ser al parecer critico rigido,
y luego satisfacer à todo en la 3a era me-
nester suspenderse hasta ver las dos
sigtes partes, y mas qdo proiecta, q pr
tal nueva nuevo methodo ba à
convencer à los suspensos, à los
q nò urge la authoridad ni otro
argumto mas q la razon. Hasta
aqui, y siendo su Ar un sacerdo-
te, religioso, y lector theologo, qn
avia de sospechar mal d el? an-
tes estimarle la invencion por
yamigeratissima, y laudable.
Asi le escrivi me
embiase la 2 parte, y q la consultaria con
con los mayores literatos y juiciosos. Vino pues qdo yo estaba es-
tos dias enfermo de la vista conq ni he podido leerla hasta ahora
poco à; pero q horror! q errores! q fanatismo! q maldita infa-
me Apostata de Jesus-Christo! Yo he quedado atonito, pr esto le es-
crivi una carta aunq corta colyrio de su cegedad, y al correo si-
guiente le repeti otra, en cuyo intermedio me respondio à
la 1ª pero en un modo capcioso pues si bien politico me dize, que
la execre y aniquile al mismo tmpo y animastico insiste con mas absurdo em
empeño en su defensa. espero respta de mi segunda carta, q corresponde
al correo sigte y hasta verla no le respondo à esta. Le he instado me em-
bie la parte tercera, y se me excusa. Yo le hallo el mayor Apostata, q hasta
oy aya zufrido, y sea tolerado en la Iglesia prq no ay mysterio, precepto, o doc-
trina q no dude con cervicacidad inclinando siempre a un deismo, fata-
lismo, materialismo, y naturalismo. En fin como esto no puede ser
bueno à menos q en la tercera parte (q me niega) cumpliese lo que
capcioso ofrece en la primera, me he quedado con copia de mis dos car-
cartas, q embiare a V Rma y continuaré dandole quenta de lo q
ocurra para q pueda hacer juicio de lo q se deba hacer con el Ar
y su obra, q por alla difunde interin arcanizemos tanto asumpto-
V Rma es Inquisidor, yo fiel Am estoy ocupadissimo, no mas oy Deseo
la salud de V Rma y q Nro Sr gde su vida ms as Md y octe 2 de 1753
ex corde
Caro
Rmo P M fr Agn Voltas