El autor informa a José Flórez Osorio, obispo de Cuenca, de la asistencia y consuelo que ha proporcionado a María García Almagro con motivo de los accidentes que padece, defendiéndose de las acusaciones formuladas en su contra por el visitador.
causas, que es notorio, y dire siempre que se me pida
hizo la misma propuesta a dha Maria de Almagro qui
en le dixo, que siendo tantos y tan frecuentes los acci
dentes, y dolores, que padecia, en que nezesitava mi asis
tenzia como podia hazerse, sin nota de el Pueblo?
que le respondio, no era incombeniente, pues no se podia
seguir fundada nota, en que el cura asistiese en un
caso tan singular, aunque fuese a todas oras, y a mi
me hizo la misma expresion: este dictamen de que
en aviendo causa, que cohoneste la frequenzia, y fa
miliaridad entre personas de esta linea, no deve cau
sar fundada nota, a mas de ser de Persona tan hon
rada como este Rmo P pareze que para su apoyo tie
ne exemplar, que lo acredite en aquella ruidosa nota
que ubo en Roma, contra San Geronimo por la fre
quente comunicazion con Sta Paula, y su hija, a las
que en lo spiritual governava: dice el Sto en la carta
que escrivio â Asela: Multa me Virginum crebro
turba circumdedit. donde es de notar el crebro por
que Historiadores de su vida dicen, iba a asistirlas
a sus casas: dice: Divinos libros, ut potui nonnullis, saepe disserui
y prosigue: leccio asiduitatem, asiduitas familiarita
tem, familiaritas fiduciam fecerat. el aprovechamiento
spiritual, que se seguia a aquellas almas, en declarar
les la inteligencia de los Divinos libros, parece fue la
causa de aquella frequencia y familiaridad
esta Maria de Almagro, desde que le ocurrio el
sabido suzeso, a experimentado un quasi continuo pa
decer dolores vehementissimos, en tanto grado, que en di-
versos tiempos por mucha continuazion de noches a sido
preciso no desnudarme, y aun algunas vezes comer de
prisa, por pedirme la asistiesse para su alivio en co
municarme sus interiores ocurrenzias, y esto a sido pa
tente a todos los de mi familia, y a otros que como si lo
fueran frequentaban mi casa, por el tiempo que estu
bo en ella; y desde que salio, â proseguido tambien