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Maarten Janssen, 2014-

Representação em facsímile

[1754]. Carta de María García Almagro para Juan Antonio Serra, cura.

ResumoLa autora informa a Juan Antonio Serra de su grave estado de salud y se lamenta de su dilatada ausencia. También le aconseja sobre la manera más conveniente de proceder en el pleito que se ha promovido en su contra.
Autor(es) María García Almagro
Destinatário(s) Juan Antonio Serra            
De España, Albacete, Minaya
Para España, Cuenca
Contexto

El reo de este proceso era Juan Antonio Serra, cura propio de la villa de Minaya (Albacete). Fue acusado por la Inquisición de Cuenca en 1754 de cometer ciertas irregularidades en la dirección espiritual de María García Almagro, su hija de confesión. Esta venía padeciendo desde 1739 una grave enfermedad y su situación empeoró en febrero de 1740 hasta el punto de que un día se la dio por muerta. Cuando recuperó la consciencia, quienes se hallaban presentes creyeron que había resucitado. Compartió ese mismo parecer Juan Antonio Serra, que desde entonces tuvo a la joven por santa y, según algunos testigos, conservaba sus vendas como reliquia. Además, se la llevó a vivir a su casa con el propósito de asistirla en los arrobos que sufría y guiarla en la práctica de sus ejercicios espirituales. Al cabo de un año, María García Almagro regresó a su hogar para cuidar de una hermana que había caído también enferma, lo que no resultó impedimento para que siguieran manteniendo un estrecho contacto gracias a las asiduas visitas del religioso.

Esa excesiva cercanía entre ambos despertó, en primer lugar, los recelos del obispado de Cuenca. En 1747 el fiscal eclesiástico interpuso una querella a Juan Antonio Serra por desobedecer la prohibición previa de frecuentar el domicilio de su feligresa. Este no dudó en apelar a Roma la sentencia dictada en su contra, pero la Nunciatura le recomendó acatar el mandato del obispo, si bien se le permitía acudir a casa de su hija de confesión en el supuesto de que ella, de acuerdo con el dictamen de un médico, no pudiera ir a la iglesia. Sin embargo, Juan Antonio Serra persistió en su frecuente trato y comunicación con la pretendida santa, lo que provocó finalmente la intervención del Santo Oficio en 1754. Al cargo de mala dirección se sumó asimismo el delito de proposiciones por haber predicado un sermón que contenía algunas afirmaciones erróneas y escandalosas. La Inquisición acusó también a María García Almagro de fingir los estados de éxtasis que experimentaba, unos accidentes a los que su confesor daba crédito, por lo que fue tachado de iluso. Se decretó entonces el ingreso en prisión de Juan Antonio Serra y el embargo de sus bienes, momento en el que se incautaron todas las cartas que tenía tanto en su residencia de Minaya (Albacete) como en la posada en la que se alojaba en Cuenca, siendo incorporadas a la causa como prueba. El proceso está incompleto, por lo que se desconoce si el reo fue finalmente condenado y la pena que se le impuso.

Suporte dos cuartos de papel doblados longitudinalmente, escritos por todas las caras.
Arquivo Archivo Diocesano de Cuenca
Repository Inquisición
Fundo Procesos de delitos
Cota arquivística Legajo 603bis, Expediente 7289
Fólios 536r-539v
Socio-Historical Keywords Carmen Serrano Sánchez
Transcrição Carmen Serrano Sánchez
Contextualização Carmen Serrano Sánchez
Modernização Carmen Serrano Sánchez
Anotação POS Gael Vaamonde
Data da transcrição2016

Page 536r > 536v

Padre por darle a usted gusto me animo no porque estoi para ello por lo estenuada que me allo de fuercas i arto e sentido no poderlo acer en las antecedentes que bastantes medios puse i me lo inpidio una grande angustia que no me beo libre de ellas, nacidas de unos copiosos sudores de medio cuerpo aRiba i lo Restante d el; frio como un marmol por lo que me allo para morir cada istante cercada de mil congogas por berme desanparada de todo consuelo en lo espiritual i corporal, despues de escrito esto Recibo la esquela i me alegro de el consuelo que usted a tenido de que no tenia nobedad i si la tengo que si estubiera como queando me bido Juan antonio que por entonces escribiria ia estubiera enteRada no se afliga usted que arto dolor me cuesta darle a usted a entender como me allo



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