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Maarten Janssen, 2014-

PS5050

[1682]. Carta de Quiteria González y Mora para Juan de Salcedo.

ResumoDoña Quiteria González Mora pide a don Juan de Salcedo que la ayude en su prisión y averigue si es posible lograr la intermediación de Roma.
Autor(es) Quiteria González y Mora
Destinatário(s) Juan Salcedo            
De España, Jaén, Martos
Para S.l.
Contexto

En 1682 el licenciado Alonso de Herrera, alcalde del crimen de la Real Chancillería de Granada, procedió a la investigación y castigo de un delito de quebrantamiento del convento de Santa Clara de la villa de Martos. La denuncia procedía de las religiosas del convento y señalaba como principal acusado a don Pedro de Escobedo y Cabrera, caballero de la Orden de Calatrava y personaje principal de la villa de Martos. Asimismo, resultaron culpados don Miguel de Ortega y Vallejo y el presbítero don Juan Salcedo. Los tres habían mantenido relaciones indecorosas con tres religiosas del convento: doña Quiteria González y Mora, doña Manuela de Quesada y doña Ana de Ortega. Las pesquisas se centraron principalmente en la persona de don Pedro Escobedo, de ahí que la mayor parte del expediente se refiera a él. De hecho, a consecuencia de los registros en su casa se incautaron diversas cartas, entre las que destacan las misivas amorosas y particulares escritas por doña Quiteria González. Fue la relación entre ambos la que originó todo el escándalo posterior. Don Pedro de Escobedo entabló la relación amorosa con doña Quiteria cuando esta estaba todavía en el "siglo" (muy posiblemente en la década de 1660-1670). Él fue responsable de la salida de doña Quiteria de la casa paterna y de que la pareja se ausentase de Martos durante algunos días. Al volver a la villa, don Pedro dejó a doña Quiteria en un convento y se marchó a Indias, donde debió de tener algún cometido de tipo oficial. Durante su ausencia, la comunicación epistolar entre ambos se mantuvo, lo que dio continuidad a su vínculo sentimental. A su vuelta doña Quiteria ya era monja profesa, pero ello no supuso inconveniente alguno para la continuación de su relación amorosa con el resultado del mencionado delito del quebrantamiento de convento. En efecto, las casas de don Pedro colindaban con el cenobio, lo que permitió la comunicación de los amantes. Ambos fueron los catalizadores de las otras relaciones amorosas que unieron a don Miguel con doña Manuela y a don Juan con doña Ana. Doña Quiteria trató de favorecer los tratos amorosos entre su amante y otra religiosa, doña Juana de Santiago, quien rechazó vehementemente los avances. El escándalo fue mayor por las continuas salidas nocturnas de las parejas por las calles de la villa, así como por el embarazo de doña Quiteria, quien dio a luz en abril de 1682. A ello hay que sumar otra causa delictiva que afectó a don Pedro y que concernía a su matrimonio ilícito -previo estupro- con doña Isabel de Ortega.

Ante la gravedad de los delitos, don Pedro trató de huir de la justicia y con ayuda de terceras personas se escondió en la propia villa. Cuando el licenciado Alonso de Herrera procedió a su detención, el reo disparó e hirió en la cabeza al alcalde del crimen, con lo que se unió un agravante más a su causa. Finalmente la causa se sentenció con la pena capital para don Pedro, don Manuel y Juan Salcedo, así como penas de muerte y destierro para otros implicados en el crimen. En el caso de don Pedro, la sentencia declaraba que debía morir a cuchillo, su cabeza debía colocarse en la torre más alta de Martos y su mano derecha encima de la puerta del estanco de tabaco. En relación a las monjas, hubo pieza separada instruida por la instancia eclesiástica pertinente, por lo que no sabemos la pena a que se enfrentaron.

El pliego de papel que contiene esta carta fue aprovechado por la autora para escribir otra misiva a un destinatario no identificado (PS5049).

Suporte un folio de papel doblado en cuarto, escrito por todas las caras.
Arquivo Archivo Histórico Nacional
Repository Consejos
Fundo Escribanías de Cámara
Cota arquivística Legajo 26226,Expediente 14
Fólios 125v-126v
Transcrição Elisa García Prieto
Revisão principal Gael Vaamonde
Contextualização Elisa García Prieto
Modernização Gael Vaamonde
Anotação POS Gael Vaamonde
Data da transcrição2013

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sor dn jua para las ocasiones son los amigos pues en esta afliçion e de conoçer la merçed q vm me açe io estoi en mi prision q si no fuera mas del castigo q manda la orden se pudiera tolerar mas cristo no paso en su pasion tantos oprobios como io cada ora del dia mis ojos no se engugan de dia ni de noche si no fuera por anica me ubiera muerto a esto digo q vm q las q estan aRepentidas en la Religion da buletos el pontifiçe para q s aga lo q cuesta eso no lo se aora entra mi suplica con vm i digo q si be vm color en dn po se lo diga vm con todo enpeño i esto como q sale de vm no sepa q io escribo a vm si conoçe vm q no lo a de açer de ninguna manera se lo diga vm lo q puede vm açer es deçirselo a mi madre de mi alma q quiças me podra Remediar en algo considere vm cuando me bea delante del probinçiaal i los frailes i de una cumunidad q tanto me aboReçe q tal me bere una porebre muger i esta desdichada de manuela sor dn juan es inposible q mugeres mas desgraçiadas aia en el mundo a estar el pomtifiçe mas çerca con echarnos a sus pies estaba todo acabado sin llebar un marabedi i dicen q vm esta libre por el credito de anica a eso no se q digan q tienen mil pareceres al dia dice q se an dicho se ba vm de martos no aga esa ingratitud con esta niña pues eso fuera bueno llebandosela en su coraçon mas de otra manera no cuando bea vm a mi madre digale vm q de ninguna manera enbie nada q es para mas pesadumbre si tengo io algo alla me lo guarden pues si no ai en el efeto este buleto bien se pueden despedir de berme la Respuesta aguardo esto desde el primer Renglon asta el ultimo ba debago de secreto natural asi para vm como para anica pues si esta vm se sabe me e de qgar de los ublos i asi ni a mi madre ni a dn po sepa q emos escrito pues quien tiene tanto entendimiento no dudo lo sabra disponer mire vm no se olbide de consolar a mi dn po q aunq me diçen algunas cosas q diçe de mi no puedo degar de adorallo pues eso la muerte lo acabara no quiro cansarlo mas dios me gde a vm mil años d este su caraboço oi miercoles a las 4 de la tarde

su menor serbidora una mujer desdichada

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