Miguel Soldevilla escribe a Petra García Lera en contestación de la carta en que ella le anuncia su embarazo. Aunque no niega la paternidad, se muestra remiso a prometerle en firme un futuro matrimonio entre ambos.
sucedido lo qe tu no ignoras? bien pues como quie
res qe un hombre qe se ha mostrado tan fino
con la qe tu saves, y ella le ha correspondido
por darme gusto a mi se habia de privar del
objeto amado? y qe por mi se habia de sujetar
a un celive? eres una loca en pensar de ese
modo, y por fin te digo qe primero me mori-
re qe sujetarme a nadie si no es a ti
Caminando bajo ese supuesto, y qe llegase
el caso de nuestra union ¿qe oficio hemos de
tomar? ni aun siquiera cien reales podia-
mos agenciar para comprar una criba. De otro
modo que tu dixeses quiero casarme contigo, y
mantenerte a costa de mi sudor ¿de que gusto
le serviria a tu amante el verte expuesta a las
inclemencias del invierno y del verano? con un hi-
jo, y sin tener con qe mantenerlo, dime ¿se pue
de verificar mayor dolor? El unico medio qe nos
queda es: (pero me aberguenzo el decirlo) el qe
cojamos quatro ormas y nos bayamos como ta
rarura por esos pueblos pero bien mio no soy
de bronce, qe soy de carne y sensible, las
lagrimas me han hecho dejar la pluma, para
proseguir necesito tomar el aliento, no me es
posible el proseguir porqe no me hallo en
disposicion, si pudiere te contestare de pala