Domingo de Sotomayor escribe a Dominga de Soto para informar del recibo de varias misivas de su prima. Le transmite, asimismo, su contrariedad por algunas acciones de su prima que no le han gustado. Le avisa del envío de un dinero y aprovecha para mandar recuerdos a diversas personas del entorno de Dominga. Discurre, por último, sobre la manera en que debía dirigir sus misivas a fray Diego Galindo.