La autora garnatiza a Francisco del Portillo la firmeza de su decisión y le promete que nadie le hará cambiar de opinión.
qrido mio de mi coracon me
alegrare que coces de mui entera
salud como mi coracon desa
y perdona el no aberte escerita
esta mañana as de saber como
esta tarde llego una muger
con una carta en la mano pa
ra la señora abadesa sin saber
quien era con dos peliegos de pa
pel con lo que guerami no
me los an querido lermelos pe
ro no se me da nada por mas
que digan a mi lo digeron i q
rrespondiera y lo ice como me
lo digeron y les inbe a decir mu