El autor explica a fray Felipe de los Rubielos la cuestión de un proceso judicial y pide que sea puesto en libertad ya que esto sólo depende del tribunal eclesiástico. Le pide consejo al destinatario y le informa de su estado de ánimo, pues está bastante amargado.
Mi amado Pe fray Felipe, Amigo y estimado Dueño: ya sa
brá Vmd la providencia de la suprema, para que se passen al
tribunal de arriba los Autos originales, en cuya suposicion
estoy para pedir, que se me ponga en libertad, puesto que
el no tenerla dimana unicamente del tribunal eclesiastico;
sobre lo que me dira Vmd lo que le parezca. en orden á lo
demas, aunque estoy bueno de salud, tengo unos ratos
llenos de la mayor amargura, confusión y aun descon
fianza; pues veo los efectos presentes, y no atino con
el paradero de estas cossas, ni me es facil saber, si
sera feliz y favorable ó al contrario. No por esso me
falta la paciencia y conformidad, ni el deseo de que todo
sea para honrra y gloria de Dios, á quien suplico me
encomiende frequentemente. De Vmd expresions á essos
PPs haciendoles el mismo encargo y mande á quien
es todo suyo respondame y Bdo de J M y J
Josef Clemot y
Lara
Respondame Vmd lo que guste