El autor escribe a Agustín de Almarza para informarle de las pesquisas que ha realizado en el caso de Tomás Canal.
era muÿ dudoso; por una parte sus palabras eran
invocar los dulzes nombres de Jesus ÿ Maria, ÿ
por otra parte, no era Hombre de mala fama; me
parece; fue indiscrecion negarle el sacramento de la
Extremaunccion, a mas de que si huviesse cogido
la mano del Enfermo (lo que no hizo), ÿ si no le hu-
viesse dejado aquella noche, tal vez huviera logra-
do señyales Ciertas de su dolor, esto, junto con ha-
ver dho Vicario proferido Ciertas palabras indiscre-
tas delante la propria muger del Enfermo (como
fuè decir que si no Confessaba iria al Ynfierno, ÿ que
á el poco se le daba, las que, dize el Vicario, las
profirió inadvertidamente) todo esto digo; llenó de tan-
ta pena ÿ desatino la propria muger del Enfer
mo, que estaba furiosa, ÿ hechaba raios de ira con-
tra el Vicario. Este se defiende, porque la misma
muger havia dicho poco antes, que el Enfermo era
algo repugnante, ÿ duro de confessarse mientras vi-
via, lo que asseguró un testigo, pero esto no justifica
su indiscrecion, antes debia por esta razon, no dejar-
le tan presto, ÿ exhortarle mas, ÿ mas.
Yo soÿ de parecer, que no conviene en las Circuns-
tancias, en que se halla dho Vicario, de que se que-
de en aquella Parra, pues será de muÿ poco fruto.