El reo de este proceso era Juan de Cutera, impresor de origen francés. Fue acusado del delito de fautoría por la Inquisición de Toledo en 1569 al enviar esta carta a Pierre Terens, con el que había trabajado en una imprenta en Lérida, para avisarle de que huyera, pues habían detenido por hereje a un compañero suyo, también francés, y temía que fuera él el siguiente en ser apresado. Juan de Cutera confió la misiva a un panadero para que la llevara a la imprenta en la que trabajaba Pierre Terens en Alcalá de Henares (Madrid), pero este no se encontraba allí y la carta fue entregada al comisario del Santo Oficio. El propio reo acudió voluntariamente al Tribunal de la Inquisición para confesar los hechos. Finalmente, fue condenado a abjurar de levi en auto público de fe y a cien azotes. En el margen inferior de la misiva aparece la siguiente anotación: "Esta carta se muestre a Pierre, para quien iba, y se le pregunte si conoce la letra y así se sabrá quién la escribió".