El autor pregunta a Diego Rojas de Vera algunas cuestiones sobre cierto negocio que éste le había propuesto hacer en Ceuta.
Snr Diego Roxas de Viera
Tanto se empremiron en mi sus rasones,
e tan presseptibeis se me fiseron sus Letras, que
me dan Lugar a sacar de ellas decumentos, pa que
lle escriba e responda en su Lengua, a muncho me
arogo! pero, como más confie en su benevolencia do-
q en mi siencia por esso me atrebo a tanta em-
presa: más que todo deseo, q vm se alle sin quexa
porque como en su perssona tiengo tan grande
amo, más tiengo en sú salud, do que en outras
posseciones; de mi dou nuticia a vm qe a tiempos
me allo grandissimamte molestao, motibo bastante
pa q nó possa arogarme a sus plantas d aonde saca-
ria grandissimas combeniencias, porq quando outras
nó allace en ellas me bastaba o suporme tan elle-
bado, quanto más biendo que vm me asigna outras;
las quales, nó he reguetar; ni es pucibli q aya quien
las reguete, pero sin duda nó dexo de reparar en-
sú paresser; disme usted q llebando traenta onssas
de ouro una de Plata e tres anillos (con las sircunstan
cias asignadas) q sacaremos com las traenta taenta
mil, e con la una uma mil, e q lo mismo suscederá
con los anillos; notabeles sircunstancias por sierto! pero
digame usted, con q causa hire yo a Zeuta, se in esta
suidad se alla la combeniencia? si es, q usted