El autor explica a fray Felipe de los Rubielos cuál es su situación ante el ayuno que sus consejeros le han recomendado. También informa de las horas que dedica cada día a las oraciones y de los sentimientos que le provoca su comunión con el Señor.
Viva N P R de los Angeles
Carisimo P mio:
No puedo ponderar a VC. el giro in
terior que e rrecivido al ver su favorable resolucion
y la de N Amado P para la continuacion del ayuno
por contemplar ser conforme a los Venerables
designios del altisimo, yo confio sera aceptado es
te pequeño sacrificio en sus divinos ojos aunque las
dudas quedaran sujetas a mi resolucion, porque
el natural es sensible, y es preciso padezca
aunque todo lo desvanecera la altisima confianza
que me asiste ser obra del sor. Esta mañana
luego qe vi qe Vm me reducia la oracion a 6 oras
repartidas en 3 bezes, lo puse en ejecucion, en
cumplimiento de y precepto, pero nota
ba una fuerza interior a el oratorio que
me tirava el amor del sumo bien: desde qe
entre en esta prision e tenido los dias que no
de 7 a 9 oras de oracion: y el savado tuve un
abiso interior con señales esteriores para bacar a
la oracion estos dias, y en su brd recoxi barias frio
leras en que me ocupava y las di a mi consorte
para quedarme libre. aora dire lo ocurrido es
ta mañana asi como recivi su mui apreciable de
Vm entre en este oratorio a dar gras al sor por el
alto favor en la condescendencia de sus adorables
designios, y fue tan grande la fuerza de los aftos
del corazon, que se me quedavan las potencias co
mo enajenadas, y tuve dos como que en lo supe