El autor muestra a su mujer Beatriz María de Salazar los sentimientos que tiene por ella. Se lamenta de la pérdida de cuatro de sus hijos y le hace algunas preguntas sobre otras presas.
Dueño querido mio, aunque no ay sobre que escribirte no puede mi amor dejar la ocasion
que se ofrece para consuelo de mi coraçon y para darte el que me diçes tienes con ber letra mia que
por lo bien que me esta creo me tienes la boluntd que me significas no obstante que en mi ni aya
meritos personales ni las obras ayan sido mereçedoras de tus fineças y aunque sea
de paso te quiero satisfacer a la queja que de mi tienes de que no yce nunca caso de ti para darte
noticia y quenta de mis disposiciones, que dejandolo para la bista (que espero en dios sea
presto) digo que no falte por essa razon a tu estimazon y carino, y si falte a aquello en los pri
meros años sabes que tu edad es tan poca que no era raçon enbaraçarte con tales cui
dados y bien sabes que desde que dios me castigo en quitarme los quatro ygos: y con
solarme con los tres luçeros que no s gde pa servirle te trate con todo respecto
y estimazion a tus palabras pues como mas mujer gozaba de
todo el
gusto