El autor presenta sus disculpas a su hija por no poderla ayudar con más dinero y se remite al mal estado de sus finanzas y hacienda, a lo que había que unir los daños en los cultivos por la plaga de langosta.
hija mia beo tu PaPel, y de la misma mane
ra le Puedo llamar hijo mio Pues lo es tan le
jitimo, de mi desgrazia, y Por esta Razon
estamos tan iguales tu y yo, Conqe solo, sir
ben las Cartas de mayor tormento, Pues, es
tando yo Como estoy, y Como no se quiere Cre
er, mal te Puedo ayudar, aunque te quiera
tanto Como tu me quieres a mi; y assi, en no
estando, en esta inteliJenzia, y Creyendo
que te e de ayudar y azer Por ti lo mismo qe
Por los demas hijos; sera un PerPetuo mar
tirio, Como se esPerimenta, y sin Conseguir
el alibio, ninguno de los dos, y Pues dios lo ase
sera lo qe mas nos Combiene, y aunque mas
nos yrritemos; no se Consigue y nos Po
nemos, de Peor Calidad; y si, ubiera yo
logrado, medios, se ubieran echo, mas bibas