El autor informa a fray Felipe de los Rubielos de la consulta que ha realizado al cura sobre la obligación que tienen los párrocos de explicar el evangelio y la doctrina cristiana, cosa que se hace como se debe tanto a los niños como a los adultos. También quiere saber cómo ha sido su sermón, pensando que ha sido una prueba que llevará adecuadamente adelante. Le envía recuerdos para el padre Alcantud, que se encuentra junto a él, y le previene para que predique en la Natividad de Nuestra Señora.