El autor escribe a sor Teresa de San Jerónimo para contarle los desmayos que ha sufrido, los cuales considera obra de Dios. También la informa de que ha regresado de un viaje y le pide permiso para ir a Roma a estudiar.
Madre, y señora mia P C No se si Vm haya tomado en buena parte el haverme
yo partido sin reçibir antes su bendiçion, como devia, mas creo, que a lo menos me
habrá escusado por la imposibilidad, pues sabe muy bien la voluntad, que tenia
de reverenciarla aunque escondidamente, si me huviese sido permitido, pero,
madre mia, yo no pude, y me costo mucho, porque me ha detenido el mal tiempo
por quarenta y nuebe dias en la mar, y he sido precisado a dormir por veinte dias en el suelo,
y en las playas de la mar, tanto plugó a dios por mis pecados; dexo sin embargo todas
estas cosas, como de poca importançia, y con la presente paso a su notiçia, como
haviendo llegado en Lipari, despues de haver comido fué mi alma estraordinariamente
visitada de Dios con un genero de rapto, conque mientras estava hablando, todo
en un tiempo desmaye, y me pareçia, que se huyese de mi el espiritu, sin saber adonde
se yba, quedé todo aturdido, y en aquel aturdimiento tenia grande miedo, porque
me sentia arrancar el alma, sin saber de quien ni adonde se fuese; me parecio primero
que se huya de mi, despues que se perdia en mi, conque me pareçia, que devia
morir en aquel punto, y por esto me bolvi a Dios, y le dixe, que acabase con
aquella operaçion, porque no sabia, que hacer, ni tenia Padre espiritual, que me