El autor escribe a sor Teresa de San Jerónimo para contarle los desmayos que ha sufrido, los cuales considera obra de Dios. También la informa de que ha regresado de un viaje y le pide permiso para ir a Roma a estudiar.
pudiese enseñar; quede sin embargo todo aturdido, pero con un amor tan grande,
que abraçava a todos, los que se allegavan a mi, aunque ellos temían de allegarse,
porque me reputavan por loco atreguado lunatico, o, trabajado de algun acidente, conque
me afligia mucho, no pudiendo participar a todos aquel amor, que me haçia casi
loco atreguado lunatico, Duro gran rato este aturdimiento, y me dexo al fin con un
consuelo extraordinario, y con aflicion, por no haver dexado obrar a Dios, lo que
queria; no sé deçir las demas cosas, pero sé bien, que he correspondido con
mucha ingratitud, viniendo muchas vezes con el lector sin tenerle la devida
reverençia; Madre mia estas son mis correspondençias, Dios con cariçias, y yo
con ofensas; con todo yo, porque su piadoso coraçon no dexa de visitarme,
desearia saber, que cosa deva haçer en tales suçesos.
Segundariamente la doy aviso, como por tener yo mayor comodidad de amar, y
ver a mi madre, he aceptado esta yda a Roma, de donde bolveré letor; deseo
saber si es de su gusto, o, si lo es, el que yo desee de aplicarme al estudio; madre
mia yo la quiero con todo el coraçon, y suspiro continuamente su presençia;
madre mia, madre mia, no se olvide mas de su hijo; lo que tengo en el coraçon
para con Vm no puedo con la pluma declararlo. Dios sea el que me consuele.
Quando Vm me escriba, escriba por Roma al Convento de Jesus Maria al corso,
aunque yo le pido su bendiçion de Napoles y Febrero 25 de 1695. de Vm su amado hijo Fray
Apolonio.