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Maarten Janssen, 2014-

Representação em facsímile

1745. Carta de Juan Antonio Serra, cura, para José Flórez Osorio, obispo de Cuenca.

ResumoEl autor escribe a José Flórez Osorio, obispo de Cuenca, para quejarse del trato que ha recibido por parte del visitador.
Autor(es) Juan Antonio Serra
Destinatário(s) José Flórez Osorio            
De España, Albacete, Minaya
Para España, Cuenca, Villar del Saz de don Guillén
Contexto

El reo de este proceso era Juan Antonio Serra, cura propio de la villa de Minaya (Albacete). Fue acusado por la Inquisición de Cuenca en 1754 de cometer ciertas irregularidades en la dirección espiritual de María García Almagro, su hija de confesión. Esta venía padeciendo desde 1739 una grave enfermedad y su situación empeoró en febrero de 1740 hasta el punto de que un día se la dio por muerta. Cuando recuperó la consciencia, quienes se hallaban presentes creyeron que había resucitado. Compartió ese mismo parecer Juan Antonio Serra, que desde entonces tuvo a la joven por santa y, según algunos testigos, conservaba sus vendas como reliquia. Además, se la llevó a vivir a su casa con el propósito de asistirla en los arrobos que sufría y guiarla en la práctica de sus ejercicios espirituales. Al cabo de un año, María García Almagro regresó a su hogar para cuidar de una hermana que había caído también enferma, lo que no resultó impedimento para que siguieran manteniendo un estrecho contacto gracias a las asiduas visitas del religioso.

Esa excesiva cercanía entre ambos despertó, en primer lugar, los recelos del obispado de Cuenca. En 1747 el fiscal eclesiástico interpuso una querella a Juan Antonio Serra por desobedecer la prohibición previa de frecuentar el domicilio de su feligresa. Este no dudó en apelar a Roma la sentencia dictada en su contra, pero la Nunciatura le recomendó acatar el mandato del obispo, si bien se le permitía acudir a casa de su hija de confesión en el supuesto de que ella, de acuerdo con el dictamen de un médico, no pudiera ir a la iglesia. Sin embargo, Juan Antonio Serra persistió en su frecuente trato y comunicación con la pretendida santa, lo que provocó finalmente la intervención del Santo Oficio en 1754. Al cargo de mala dirección se sumó asimismo el delito de proposiciones por haber predicado un sermón que contenía algunas afirmaciones erróneas y escandalosas. La Inquisición acusó también a María García Almagro de fingir los estados de éxtasis que experimentaba, unos accidentes a los que su confesor daba crédito, por lo que fue tachado de iluso. Se decretó entonces el ingreso en prisión de Juan Antonio Serra y el embargo de sus bienes, momento en el que se incautaron todas las cartas que tenía tanto en su residencia de Minaya (Albacete) como en la posada en la que se alojaba en Cuenca, siendo incorporadas a la causa como prueba. El proceso está incompleto, por lo que se desconoce si el reo fue finalmente condenado y la pena que se le impuso.

Respecto a la misiva aquí transcrita, en el margen izquierdo del folio 463r aparece la siguiente anotación: "Recibida en Villar del Saz de don Guillén en 27".

Suporte un bifolio de papel doblado en folio, escrito por recto y verso del primer folio y por el recto del segundo folio.
Arquivo Archivo Diocesano de Cuenca
Repository Inquisición
Fundo Procesos de delitos
Cota arquivística Legajo 603bis, Expediente 7289
Fólios 463r-464r
Socio-Historical Keywords Carmen Serrano Sánchez
Transcrição Carmen Serrano Sánchez
Contextualização Carmen Serrano Sánchez
Modernização Carmen Serrano Sánchez
Anotação POS Gael Vaamonde
Data da transcrição2015

Page 463r > 463v

Illmo Sor Señor

Nunca crei que el Sor Visitador me pusiese en el estado presente de la prezisa nota en todo el obispado pues haviendole escrito lo que a VS Illma y lo que alli omiti por no Juzgarlo nezesario de que me allava con Madre y Hermana gravemte en-fermas y la una avia estado aquella noche â la muerte a causa de un dolor Nefritico en cuyas zircunstanzias se haze preziso el que se detubiesse algun poco tiempo para dar nueba providenzia ô a lo menos se adelantase algun poco un criado a partiziparme como no se detenia pero no fue asi pues vino y se entro en la Iglesia, y asi que tube la notizia pase con toda zeleridad y me rezivio sin aquella atenzion que correspondia haziendome graves cargos â que le satisfice con lo referido y me dixo que me avia de sugetar y que VS Illma lo avia de hazer asi tambien y vajarme la sobervia, no se que falta de devida sugezion, ni que so-vervia aya tenido con VS Illma ni con el Sor Visitador pues las reberentes suplicas que he echo, como en ellas mismas se demuestra



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