El autor reitera a José Flórez Osorio, obispo de Cuenca, sus dudas acerca de la asistencia y consuelo que debe proporcionar a María García Almagro en los accidentes que padece.
dios
corporales; pero si otros superiores, como la toleran
cia en el padecer, resignazion en recivir la adversi
dad, y otros a este modo, y aun para la sanidad de
la corporal dolenzia es indubitable, que a puesto Dios
en sus Ministros virtud, en cuya confirmazion
ai repetidos exemplares, y los fieles catholicos ocu
rren con grande fee a estos remedios, y sin el me
nor reparo se les dispensan como exerzizio que es
de dos obras de Misericordia, por lo que creze mas mi
dificultad de que, que zircunstanzia ocurre en esta
criatura para que no logre de su Parrocho estos alivios
y en mi para que no asista a practicarlos? naze sin
duda de mi ignoranzia, el no penetrar el motivo.
Dize VS I que si la enfermedad se lo permite
puede y deve ir a la Yglesia, a confesarse y comulgar
y esto mismo tengo escrito a VS I con toda expresion
se practica y a practicado en confesonario puesto en
parte publica como es el cruzero de la Iglesia de que
esta misma sera en todo tiempo calificado testigo, Y
en quanto que quando a Juizio de medico por su en
fermedad no pueda ir a confesar y comulgar a la Ygle
sia puedo administrarle en su casa estos sacramentos
no intente sobre esto consultar por no ser continua
da la imposibilidad y se practica lo que alli refiero
y en quanto al de la Sta unzion que me dice VS I se lo
puedo administrar con las mismas circunstanzias, si
empre ê estado en el reconozimto de que quando lo
nezesite puedo ir a administrarselo a su casa, por lo
que no â sido mi intenzion consultar sobre las re
feridas providenzias: a lo que se reduze mi dificultad
para solicitar la luz de VS I es que supuesto el esta
do y curso de esta criatura expresado en mis anteze
dentes si se allase en estado de nezesitar comunicar conmigo pa
su interior consuelo, ô para otros spirituales aprove
chamientos ô urgenzias que en estos casos suelen ocu-
rrir, y no es fazil expresar, y no pudiesse ir a la Ygle
sia por sus dolenzias, ô porque la ora y tiempo no fue