Madre, y señora mia P C No se si Vm haya tomado en buena parte el haverme
yo partido sin reçibir antes su bendiçion, como devia, mas creo, que a lo menos me
habrá escusado por la imposibilidad, pues sabe muy bien la voluntad, que tenia
de reverenciarla aunque escondidamente, si me huviese sido permitido, pero,
madre mia, yo no pude, y me costo mucho, porque me ha detenido el mal tiempo
por quarenta y nuebe dias en la mar, y he sido precisado a dormir por veinte dias en el suelo,
y en las playas de la mar, tanto plugó a dios por mis pecados; dexo sin embargo todas
estas cosas, como de poca importançia, y con la presente paso a su notiçia, como
haviendo llegado en Lipari, despues de haver comido fué mi alma estraordinariamente
visitada de Dios con un genero de rapto, conque mientras estava hablando, todo
en un tiempo desmaye, y me pareçia, que se huyese de mi el espiritu, sin saber adonde
se yba, quedé todo aturdido, y en aquel aturdimiento tenia grande miedo, porque
me sentia arrancar el alma, sin saber de quien ni adonde se fuese; me parecio primero
que se huya de mi, despues que se perdia en mi, conque me pareçia, que devia
morir en aquel punto, y por esto me bolvi a Dios, y le dixe, que acabase con
aquella operaçion, porque no sabia, que hacer, ni tenia Padre espiritual, que me
pudiese enseñar; quede sin embargo todo aturdido, pero con un amor tan grande,
que abraçava a todos, los que se allegavan a mi, aunque ellos temían de allegarse,
porque me reputavan por loco atreguado lunatico, o, trabajado de algun acidente, conque
me afligia mucho, no pudiendo participar a todos aquel amor, que me haçia casi
loco atreguado lunatico, Duro gran rato este aturdimiento, y me dexo al fin con un
consuelo extraordinario, y con aflicion, por no haver dexado obrar a Dios, lo que
queria; no sé deçir las demas cosas, pero sé bien, que he correspondido con
mucha ingratitud, viniendo muchas vezes con el lector sin tenerle la devida
reverençia; Madre mia estas son mis correspondençias, Dios con cariçias, y yo
con ofensas; con todo yo, porque su piadoso coraçon no dexa de visitarme,
desearia saber, que cosa deva haçer en tales suçesos.
Segundariamente la doy aviso, como por tener yo mayor comodidad de amar, y
ver a mi madre, he aceptado esta yda a Roma, de donde bolveré letor; deseo
saber si es de su gusto, o, si lo es, el que yo desee de aplicarme al estudio; madre
mia yo la quiero con todo el coraçon, y suspiro continuamente su presençia;
madre mia, madre mia, no se olvide mas de su hijo; lo que tengo en el coraçon
para con Vm no puedo con la pluma declararlo. Dios sea el que me consuele.
Quando Vm me escriba, escriba por Roma al Convento de Jesus Maria al corso,
aunque yo le pido su bendiçion de Napoles y Febrero 25 de 1695. de Vm su amado hijo Fray
Apolonio.