El autor recrimina a Miguel José Cantalejos su actitud deshonesta y le tacha de embustero.
[1] | Cantalexos
Un cojo estaba nadando,
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[2] | y otro cojo lo miraba,
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[3] | y otro cojo le decia
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[4] | cojo - Nada, Nada, cojo, cojonada.
Con las dos cartas de 23 de setre y 25 de octre anteriores
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[5] | dictadas por Vmd y dirigidas â esta justizia por esos sres
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[6] | Alcaldes, estará Vmd cerciorado de que por ellas se me ha-
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[7] | vian de producir aquellos daños, y perjuicios, que la perber-
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[8] | sa intencion con que Vmd se maneja, podia esperar; pero
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[9] | como yo no soy, ni he sido traidor â mi Patria como Vmd
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[10] | lo ha sido, y es â la suya, se ha hecho el aprecio, que
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[11] | dhas cartas se merecen como dictadas por esa Boca sa-
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crilega , que no produce otra cosa, qe enrredos y falsedades.
En la primera afirma su temeridad de Vmd que
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[13] | esa villa no havia tenido razon mia, ni contestacion a sus
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[14] | cartas desde el Mez de octubre de 98, y se ha reconocido
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[15] | una de esa villa firmada solo por el sor Alcalde Dn Pe-
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[16] | dro Gomez de catorce de Mayo del presente año, contes-
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[17] | tandome a una de Abril, y â otra del mismo Mayo;
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[18] | por cuyas contradicciones, y embustes, quedan muy bien
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[19] | satisfechos los hombres de alguna instruccion de la infe-
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[20] | liz cabeza de Vmd que ha sido, el que las ha notado.
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