El autor explica a Juan Antonio Torres que algunas indicaciones que le han dado para contener el fervor en torno a la beata María Isabel Herráiz ya las ha llevado a cabo, pero no ha conseguido ningún cambio, máxime cuando el número de personas afines a ella va aumentando. Considera que es imposible oponerse a lo que está ocurriendo porque es empeño del Señor lo que está sucediendo, de lo que son testigos algunos amigos comunes. No se siente capaz de relatar los acontecimientos que están sucediendo y le gustaría que el destinatario estuviera junto a él para asistir a lo que él está viendo porque se siente confuso y considera que no tiene suficiente conocimiento para entender lo que está ocurriendo por lo que prefiere seguir los consejos de los amigos.
[1] | qe Vm dize les haga, para qe no se hinquen de rodillas &a y me
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[2] | dize qe absolutamte no puede, ni esta en su mano el hazerlo, que to-
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[3] | men Vms la Providencia, qe les parezca, se ha puesto mui inquieta
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[4] | y mui mala, y con unas ansias como si se fuera a morir, todo esto
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[5] | nacido del principio qe Vm sabe, sin qe tenga cosa alguna de lo
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[6] | natural.
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La Ysabel aprecia las exps de Vm, y la limosna, las de
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[8] | vuelve con Franco, y la Manuela; esta dize no lo puede olvidar
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[9] | a Vm, que venza Vm todas las dificultades, qe estorben su veni
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[10] | da a esta. Esto mismo deseo yo con ansias, por lo qe espero se dara
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[11] | Vm este mal rato, y en el interin mande Vm a este su mas
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[12] | obligado, y deseoso servor, y capn
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[13] | Q S M B
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Juan Ximenez
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