Marjaliza
y Novre 18 de 1799
A Dn Miguel Josefh
Cantalexos
Un cojo estaba nadando,
y otro cojo lo miraba,
y otro cojo le decia
cojo - Nada, Nada, cojo, cojonada.
Con las dos cartas de 23 de setre y 25 de octre anteriores
dictadas por Vmd y dirigidas â esta justizia por esos sres
Alcaldes, estará Vmd cerciorado de que por ellas se me ha-
vian de producir aquellos daños, y perjuicios, que la perber-
sa intencion con que Vmd se maneja, podia esperar; pero
como yo no soy, ni he sido traidor â mi Patria como Vmd
lo ha sido, y es â la suya, se ha hecho el aprecio, que
dhas cartas se merecen como dictadas por esa Boca sa-
crilega, que no produce otra cosa, qe enrredos y falsedades.
En la primera afirma su temeridad de Vmd que
esa villa no havia tenido razon mia, ni contestacion a sus
cartas desde el Mez de octubre de 98, y se ha reconocido
una de esa villa firmada solo por el sor Alcalde Dn Pe-
dro Gomez de catorce de Mayo del presente año, contes-
tandome a una de Abril, y â otra del mismo Mayo;
por cuyas contradicciones, y embustes, quedan muy bien
satisfechos los hombres de alguna instruccion de la infe-
liz cabeza de Vmd que ha sido, el que las ha notado.
Y vistas las copias de las cuentas mensuales que tengo rem
remitidas a esa Justicia se ha reconocido por ellas que
no se deve cosa alguna â ese Pueblo por este que escri-
be, sino es que es muy al contrario, que el Pueblo le res-
ta muchos reales; sobre cuyos particulares ofrece Vmd
formar espediente, y dirigirlo â esta Justicia para que
se me haga pagar lo mucho que se me libró para el
pleyto; en cuyo concepto puede Vmd quedar asegurado q
me cago en Vmd â calzon quitado y tambien en el es-
pediente que ofrece formar, y remitir â este Pueblo, en el
qual ya se hallan cerciorados todos sus vezinos de la ca-
beza tan infeliz de Vmd y por la que se dirige, y govier-
na esa villa de Arriate, a la que se le deve tener lasti-
ma por el Director tan perberso, y Botarate que les ha
dado la suerte.
Y asi Amigo, de cien doblones, que yo y todos los de
este Pueblo que estan instruidos de su perbersa y mali-
ciosa conducta, viva Vmd en la creencia, que nos cagamos
en el, y todo quanto pueda producir su sacrilega boca, por
lo que devo exponerles.
que si otros muchos con dos piernas,
nuebas, saludables, y robustas,
no me han podido alcanzar,
Dime; tu que no tienes mas que una vieja
como me quieres pillar. Y se ofrece â tus locuras.
Fernando del Castillo