Amor y paçiençia Muy cara madre mia en JesuChristo. Creya yo que habia ya
mi alma hecho algun progreso en el amor divino, pero de lo que he entendido por
sus cartas echo de ver, que lo que se obra en mi, es amor de Dios para conmigo,
pero yo todavia no he empeçado a amar a Dios, y de esto tuve tambien un
claro conoçimiento en la oraçion; Ahora yo echando de ver esta cosa queria
haçer alguna actividad casi esforcandome por amor de Dios, no pudiendo sufrir
ser solamente amado d el, y no amarle yo, pero me pareçia, que aquella mi
actividad estorbase las operaçiones de Dios, antes me pareçia, que yo no
solamente era indigno de ser unido con el, pero respeto de ser tan miserable,
como era, ni tampoco mereçia de amarle; o este conoçimiento lo tuve por
las palabras, que Vm me diçe, es a saber, que no pierda el tiempo en considerar
las operaçiones, que se haçen en mi; yo desdichado creia, que aquellos movimien-
tos los hiçiese el alma ençendida del Amor Divino, pero echo de ver, que
estoy en error, porque no he empeçado todavia a amarle, o, por deçir mejor,
la llama del amor de Dios no ha todavia informado mi alma, y creo que
aquellos movimientos los haya causado mi indisposiçion; la ruego que se
apiade de un alma tan pobre, como es la mia; Açerca del sueño, digo
así, porque estas operaçiones en mi son casi continuas, con su frequença
me causan cierta flaqueça en el seno, y despues de haverme causado la
flaqueça ni tampoco acaban, conque la naturaleça, enflaqueçida en estas
operaçiones se duerme, y quando me despierto, me pareçe que el alma casi
por fuerça se despegue del seno, y se reparta para informar el remanente
del cuerpo; otras vezes estando con toda quietud me duermo sin saber
nada, ni quando empecé a dormir, quando acaba la oraçion me hallo en el
mismo sitio, en que me puse, echado un poco atras, y creyendo de haver hecho
oraçion, hallo que he dormido, y por lo que he estado atras, tengo quedo un con dolor grande
en los riñones; Madre mia amorosa yo quedo poco satisfecho, porque por lo mas
me sucede esto, quando he dormido poco la noche, y no creo, que sea
el sueño, que tienen las personas espirituales en la oraçion, los efetos, que
en mi deja son estos, el ver el alma, que al istante que ha dormido, deseosa
de suplir aquella falta se contentaria de prosiguir la oraçion; yo, madre,
no veo otra cosa aqui en el Profesorio; quien se queja, quien padeçe penas de
infierno, quien esta afligido, y congoxado; parece, que todos padezcan; yo
solo, me pareçe, que no padezca nada, ni tampoco me viene d ello deseo.
Por tanto bivo con miedo, creyendo, que en lugar de adelantarme me atraso;
ni me diga Vm que este mesmo miedo sea mi quietud, porque me dura por
un quarto de hora al dia, y façilmente lo echa de mi la frequençia de
estas operaçiones que siento; y asi soy un alma sin amor, sin Cruz; todos,
parece, que segun mi inclinaçion me respeten, ni siento que me den alguna
molestia ni Dios, ni los hombres; Vea pues madre mia, y aconsejeme lo que
devo haçer; Vea si quiere que yo mortifique en algo mi cuerpo, trayga
çilicios, o, que me astenga algo de comer; aconsejeme, segun le parece, que sea
la voluntad de Dios, y le ruegue, que ponga todo en execucion; Las pasiones
de la honra son mas bivas ahora, que nunca, muy poco, o, nada de provecho
veo haver hecho regulando mi vida con la de nro Señor JesuChristo;
otros dicen, que de lo que eran, y son se han mudado como del Cielo
a la tierra, pero yo confieso la verdad, soy mas miserable ahora, de lo
que era entonçes, ni crea, que sea humildad, porque hablo con una madre
descubriendola mi coraçon; las operaçiones, que yo siento, me haçen conjeturar
que estoi en graçia de Dios, y asi me haçen estar el hombre mas bienaventurado
del mundo; pero quitando estas, que son cosas de Dios, el remanente es un coraçon
de miserias; si se me representa el padeçer, se me achica el coraçon
la abnegacion de si mismo me congoxa; el mortificarme, soy su hombre
, no he menr de cosas de principiantes, los actos de desacato, antes de contumaçia con
el superior todavia tienen su morada en mi coraçon; y muchas otras cosas,
que puede d estas Vm conjeturar; este es su querido Apolonio, el qual
cada dia se comulga; Madre se apiade de mi, porque tambien yo fuy
redimido con la sangre preçiosa de JesuChristo, he reçibido d el muchos
benefiçios; y en mi vida no he hecho otra cosa, que pecar, y ahora soy
la misma ingratitud; se apiade de mi, que soy criatura criada para
ver a Dios, pero no sé como andaran las cosas, si yo prosiguire d esta
manera; acabo, y la ruego, que quiera entender la cosa, como yo la entiendo,
de otra manera me hara gran daño. Fr Apolonio.