Contexto | El reo de este proceso era Francisco García Visera, comerciante y soldado de galeras. Fue acusado del delito de hechicería y superstición por la Inquisición de Cuenca en 1731 al cometer, en complicidad con el galeote fray Salvador Ortiz, diversas estafas en las que proponían a sus víctimas participar en el descubrimiento de un tesoro mediante conjuros. Para la realización de dichos conjuros solicitaban la entrega de determinadas cantidades de oro, plata, piedras preciosas y perlas, que acababan robando a sus propietarios. Las tres cartas que Francisco García Visera escribió a Manuel Pascual fueron entregadas por este al alcalde mayor de Almazán (Soria), que ordenó encarcelar a Francisco García Visera y lo remitió al Tribunal del Santo Oficio de Cuenca. El reo consiguió demostrar que no creía en hechizos ni realizaba prácticas mágicas, por lo que finalmente fue condenado sólo por estafa a abjurar de levi en auto público de fe, a doscientos azotes y a una pena de destierro durante diez años y a una distancia de diez leguas de Cuenca, Murcia, Cartagena (Murcia), Málaga, Lorca (Murcia), Madrid, Hellín (Albacete), Albacete, Chiva (Valencia) y Almazán (Soria), debiendo cumplir los cinco primeros años en galeras. |