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Maarten Janssen, 2014-

PSCR5772

1833. Carta de José Mazarrasa y Cobo, militar de alto rango y fiscal, para su hermano Felipe Mazarrasa y Cobo, abogado en los Reales Consejos y asesor de rentas.

ResumoEl autor comenta a su hermano Felipe Mazarrasa y Cobo un brote de cólera y le muestra su preocupación por la posible propagación de la enfermedad.
Autor(es) José Mazarrasa y Cobo
Destinatário(s) Felipe Mazarrasa y Cobo            
De España, Cantabria, Villaverde de Pontones
Para España, Cantabria, Santander
Contexto

En 1834 el gobernador político y militar de Santander (Cantabria) abrió causa por infidencia contra Felipe Mazarrasa y Cobo, abogado y asesor de aquel ayuntamiento. Se sospechaba de la deslealtad del acusado hacia la monarquía de Isabel II en el contexto del estallido de la primera guerra carlista (1833-1840). Una vez que se produjo la detención de Felipe Mazarrasa y Cobo, se procedió al registro de su vivienda y se incautaron de una gran cantidad de documentación escrita, así como de armas. La documentación estaba compuesta por un conjunto de 59 cartas particulares dirigidas, en su mayor parte, al detenido, así como borradores de cartas oficiales que había redactado en su condición de asesor de rentas y consultor del tribunal de comercio del ayuntamiento de Santander. Sometido a interrogatorio, se le acusó de infidencia por sus relaciones familiares y de amistad con destacados carlistas, destacando la relación con su hermano José Mazarrasa y Cobo, quien había participado activamente en el levantamiento de Vizcaya y demostrado su parcialidad hacia la causa del infante don Carlos. El acusado fue preguntado no sólo por las cartas intercambiadas entre ambos, sino por los encuentros y el hospedaje que había facilitado a su pariente en los momentos previos al alzamiento. La acusación también señaló la amistad que mantenía con otros destacados carlistas como Pedro Francisco de la Barana, aunque él minimizó tales contactos.

Si bien declaró su fidelidad a la causa isabelina, el acusado no contaba con la aquiescencia de muchos santanderinos y, así, fue calificado como "un hipócrita, fanático absolutista, adicto al partido del señor Infante don Carlos, enemigo de la Reina Nuestra Señora y Gobernadora del Reino, humilde y virtuoso en la apariencia y sanguinario y cruel en la realidad" (folio 19r). Esta dura acusación se sustentaba en la persecución que, durante el reinado de Fernando VII, había llevado a cabo contra los constitucionales y que quedaba reflejada en los numerosos borradores que conservaba en su domicilio y que formaban parte de la documentación incautada. A raíz de ese enconamiento, Felipe Mazarrasa y Cobo -quien había contado con el auxilio de Vicente González Moreno- había ocasionado una descapitalización humana y económica de la ciudad de Santander, ya que muchos de sus vecinos habían tenido que exiliarse.

En su defensa, el acusado alegó que no se le podía imputar crimen alguno en virtud de las pruebas presentadas. Consideró que él no podía ser culpado por su parentesco con José Mazarrasa y Cobo, y menos aún hacerle culpable de los actos y pensamientos de su hermano. Tanto las cartas como la cohabitación que se había producido antes del alzamiento no le hacían ni partícipe ni responsable de la actitud de su hermano. En relación a las misivas, señaló que casi todas versaban "sobre cosas insignificante y familiares" (folio 25v) y no sobre conspiraciones políticas. Asimismo, señaló la variedad de las relaciones y amistades que mantenía, de tal manera que, si bien no negaba el conocimiento de personas que militaban en la causa carlista, también contaba con contactos dentro de las filas isabelinas, entre ellos un hermano capitán en el regimiento de Mallorca. También minimizó la importancia dada a los borradores de cartas oficiales que se habían hallado en su vivienda y señaló lo absurdo de hacerle responsable de hechos pasados que respondían a circunstancias excepcionales.

El proceso fue sobreseído. Se decretó el confinamiento del acusado en la ciudad de La Coruña, desde donde trató de apelar esta decisión. En 1846 se produjo el archivo definitivo de la causa y se liberó a Felipe Mazarrasa y Cobo del confinamiento en la ciudad gallega.

Suporte un folio de papel doblado en cuarto, escrito por recto y verso del primer cuarto.
Arquivo Archivo de la Real Chancillería de Valladolid
Repository Sala de lo criminal
Fundo Pleitos criminales
Cota arquivística Caja 950, Expediente 3
Fólios 31r-v
Transcrição Gael Vaamonde
Contextualização Elisa García Prieto
Modernização Gael Vaamonde
Data da transcrição2014

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Villaverde 22 de Septe de 33

Qdo Felipe: Te remito el Libro de Roguiat para que se lo entre-gues â Dn Josef Ramon Rodriguez, con el encargo de que lea las proporciones marginadas por mi, y si le parecen dignas de censura eclesiastica que las delate, y si no le parecen tales que las deje y te vuelba el Libro quando bien le parezca.

Ytem va adjunto el borrador de una carta que dirijo con esta fecha â Joaqn de la Puente, del qual te haràs cargo, y me diràs (suponiendo como supongo que la casa del tal no se ha de desocupar por insinuaciones) si hay derecho para solicitarlo en Justicia, si es de hacer en el caso presente, y si te parece que si, como se ha de hacer y que es lo que se ha de pedir. De to-das maneras me debolveràs el borrador.

Tambien acompaña el recibo de mi paga

en cambio te pediría el Ara para la capilla que ya supongo en tu poder, el cañon de oja de lata que dejé ai, y las abarcas que mande hacer al Zapatero que es probable te las haya tambien entregado, mas no me determino â cargar â la dadora con tales encargos; mas valdrà acaso dejarlo para quando vaya por allà una moza que no tardarà proba-blemente.

Me escriben de Badajoz que el colera morbo que alli padecen es el mas mortifero que se ha visto por cuya expresion entiendo que serà el Asiatico, y esto me tiene un poco mus-tio, porque quanto mayor sea su actividad, tanto mas ac-tiva será tambien su propagacion. Madrid no escapará. No tengo noticia que haya entrado En Reyno alguno, pralmte de europa, En cuya Corte no se haya presentado, espada en mano, muy luego, si es que no ha empezado en ella misma. Y ello es cierto que siendo, como no debe dudarse, un castigo de Dios por los escandalos y pecados publicos ¿que pueblos seràn mas culpables que los que dan â los otros el exem-(plo-plo y la ley? A Paz Merino cuñado de Barreda han hecho ahora subdelegado de Policia de Madrid, y yo quisiera que se empeñase en hechar de Madrid â todo forastero, hacien-do cesar todas las obras publicas, para que se vinieran con tiempo tanto cantero y peon como hay alla de esta tierra, que si esperan â que llegue la epidemia para escapar será lo bastante para generalizarlo en todas partes, Quan-do escriba â Barreda la enhorabuena pienso sugerirle la especie.

ya se me olbidaba decirte que al sigte dia de mi regreso me dijo Dn Victe que en quasi todas las esquelas de muchas que habia escrito â tu Cuñado sobre varios asuntos le habia recordado el punto de la transaccion de Vuestras cuentas y nunca contestaba asta que por Ultimo le ha dicho que desea efectivamte esa transaccion, pero que sientes tu las bases ô preliminares de ella. No hará cosa de pro-vecho.

No si se me olbidarà alguna cosa de importancia, Por ahora da mems â nro Gral Grimarest, Dn Josef Ramon ea recibidlas de las hermanas pasalo bien y âDios. Tu amte Hermo Pepe

PD como no he sabido nada de vosotros desde que nos despedimos ignoro si llegó Gregorio quando le esperabais. De todas maneras lo su-pongo ya en vra compañia, y vivo con la esperanza de que nos haga una visita.


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