Representação em facsímile
[1689]. Carta de Vicente de Cuéllar, sacerdote, para María Josefa de la Puente, monja.
Autor(es)
Vicente de Cuéllar
Destinatário(s)
María Josefa de la Puente
Resumo
El autor escribe a la monja María Joseph para darle algunos consejos sobre su espiritualidad, contarle algunos aspectos de su relación con Dios y decirle que no va a dejar de ser su acompañante espiritual.
Jhs Ma
Charissma mia
no quiero que co
muniques tu alma
con nadie: que te im
porta muchissimo Con todo sigilo
acavo de responderte. Yo hago una buena apuesta que no has
entendido el villancico del Aguililla
y que habra ya algunos enbelecos en su Inteliga
Pues en ese villançico se pinta al alma
contemplando al verbo divino su celestial
esposo con el un ojo y con el otro atendiendo
a no especular la dibinidad y a no ofen
der al sr abismase en la nada y con el
conozimto de lo que es asi el alma como el cuerpo
tierra y ceniza y nada ea sale de si con buelo
de amor sin temer al demonio y sube el
spiritu hasta la llama serafica y asi es
tando el spiritu sto comunicale luego de su
amor al corazon; y ella no sabe como
es esto porque entonces esta en una su
ma ignorancia que es lo mismo que decir
en la sabiduria; si bien tiene tanta que
cura en su contemplacion que no es facil ex
plicarla: manifiestale su amor con corres
pondencia secretissima y estando en este
sueño de amor que entonces duerme a todo lo
que es mundo esta bien despierta a todo lo que
toca a su esposo celestial y mira acia el y
muerta à todo lo que es mundo embriagada
del amor dibino: Y no perdiendo el santo
temor que tiene de que puede ser que aque
llo que alli pasa sea ilusión. dicele al
esposo sto que si aquello que alli le ama
es de su agrado que la abrase en su amor, que sea morir de amor dibino en su
santissima cruz. Ya se sabe que el Aguila es simbolo de las almas contemplativas
y que el esposo santo compara los ojos de su esposa el alma sta a los ojos de la paloma.
extiende las alas del amor, bolando a la contemplazion dibina y con el acto
pa la correczion porque esto no es a ojos de pecados