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Maarten Janssen, 2014-

PSCR6669

1753. Carta de Manuel de la Fuente y Caro, presbítero, para Francisco Santos, autor y sacerdote.

Autor(es)

Manuel de la Fuente y Caro      

Destinatario(s)

Francisco Santos                        

Resumen

Manuel escribe a Francisco para realizar una crítica de su obra y comentarle algunos pasajes concretos.
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Rmo Am y Dueño es-tos correos, que an pasado desde el recivo de la pte del indice he padecido una op-thalmia (en mi temperamento propiamente hydropthalmia) q aun remediada me dexo delicada, y obscurecida la vis-ta; conq ha sido nueva mortificacion imponderable no haver podido leerla. Ya al-go restituido, cegando he po-dido medio verla. Pero que es esto! Juego de Gato, que araña, quando manosea mas? O como los cachorros de ezequiel, q entran al mundo con garfios, y dientes, pa-ra morder, y sacar sangre? Leo factus est, et didicit facere predam, hominemque comedere. Deberemos precavèr antes el riezgo:

Pasce canes, qui te lanient, catulosque luporum.

Bien se yo como pueda ser misterio el pecado, y que no sea pecado por ser misterio. Pero cabe en el espacio de la posi-bilidad en este asumpto, que pueda ser virtud la mas exe-crable culpa? Si la necesidad de convertir à los suspensos, per-mite tal hypothesis, q nosotros practicamente admitamos tan gra-ve indiferentismo, el proiecto no serà Circe de irreligioso delicto; pero aun todavia entonces serà imposible un tal proiecto.

El q intente elegir la verdadera religion haci-endo juicio con su razon por los misterios, y no por lo mo-ràl, se precipita. Para eso famoso alguno dijo baste la razon natural sola, pq si no los alcanza, como podra distinguirlos? No le es posible el criterio si sean ciertos, ò fal-sos.

Luego la verdada religion es invenible, en qn tiene infusa, por donde no excede a la razon natural. Y este camino solo es lo moral de la misma religion en que se quiera el examen. Por aqui no solo no excede de la na-tural razon, sino q està con intima presencia, con inse-parable encuentro en ella misma. Ve aqui con eviden-cia demonstrable la razon: "porque ninguna ley, o re"ligion, absolutamente, puede "engañàr con buenos medios, "y mal fin. es imposibilidad de repugnancia se acabe màl, viviendo bien.

Mas se querrà instar, q esto es suponer lo q se debe probar, y evidentemente convencer, que ay tal bueno, ò mal fin: que ay ver-dadera Religion: que ay Dios; quando eso es lo primero, y pre-cipuo en q fluctua el animo, duda la razon natural, y se suspende el juicio.

Si nos cons-tase con indudable certidum-bre el q hemos de morir, quan-do lo vemos en todos, y à ningu-no essento. Si la conciencia propia à cada uno, nos cruciase horriblemente, quando obramos contra lo que nos dicta la ra-zon; ya pudieramos negar, o al menos dudar el q havia Dios.

La misma desigualdad en individuos de igual natu-raleza, seria un argumento de insipiencia en el que creyese havia Deidad. serian acasos entonces los successos. Mas como aquella infalible certe-za, y la propia conciencia nòs haga ver no tenemos dro en la vida à un instante se-guro, y nos amenaze, y acuse la que no es honesta y raci-ional vida, èsta nos necesita à creer el q ay bueno ò mal fin; q ay Religion; q ay ley; que ay Dios, q nos la ha dado interiormente; y q estos son los medios, este es el ca-mino de la razon natural para encontrar la verdadera entre tantas, q vemos en el mundo.

Yo protesto à V Rma q en contestandome à la pri-mer dificultad de que nos pu-eda ser permitido el suspender el acento à la fe infusa, que profesamos, y tenemos; yo le digo entonces, que fuerza hacen, y q respuesta hallo à todos sus argumentos; aunq con-fiese sin empacho, que haviendo leydo pocos Polemicos de la mejor critica, algunas especies me han sorprendido ahora, hiriendo con novedad mi fantasia.

Por todo lo dio, y mas, q no se significar en una carta, es congoja de mi alma ver la tercera parte y quanto tenga trabajado V Rma q le suplico me comunique, pues sabrè reponerlo en clase aparte venerando su pluma mas allà q otro algu-no, de quantos pueda haver comunicado. Y siento sobre manera, q ahi con inmedi-acion, y exercicio no huviese visto este tratado para que en oficio de licenciar su im-presion, sin comision à otro, mismo huviese trabajado, è insertado fundada la cen-sura; porq les tengo amor à estas materias, y siempre, q se proporcione dirè mi sentir en ellas

con mi viage tambi-en me privè de la fruicion de la obra, q V Rma està im-primiendo, q deseo vèr para mi instruccion. V Rma en golosina con su estilo, y erudi-cion critico varia tanto, que en el indice ameniza, y per-suade mas allá de lo que es menester para dudar, ò suspenderse.

En todo lo q aqui omi-to respta cuidare, y sea V Rma suspenso conmigo, con mi amòr, mi ingenuidad, mi bue-na ley, y deseo de su mayor bien y de servirle.

Nro sor gde a V Rma felizmte m a.

Madrid y septre 11 de 1753 B l mano a V Rma su fiel Am sor y capn Manl de la Fuente Pazos y Caro Rmo P Franco Santos.

Leyenda:

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