[1685]. Carta de doña Beatriz Hurtado y Velarde para don Diego de Santiyán, caballero de la Orden de Santiago.
Resumo
La autora agradece a Diego de Santiyán la limosna recibida y muestra su deseo de escribir directamente a Pedro Ronquillo Briceño para expresarle su alegría por ello.
Don Pedro Ronquillo Briceño murió en Londres el 7 de agosto de 1691 cuando ejercía las labores como embajador extraordinario del Rey Católico. Unos años más tarde (1704), su hermano y principal heredero, Francisco Ronquillo, se presentó como parte dentro del pleito de acreedores por la testamentaría del embajador reclamando el pago de algunas deudas. Para poder llevar a efecto esas reclamaciones se pidió a don Diego de Santiyán, testamentario, que presentase las cuentas que había manejado en vida de don Pedro Ronquillo Briceño. En efecto, don Diego de Santiyán había contado con un poder notarial que le posibilitaba el manejo de los asuntos económicos del embajador. Al proceso se adjuntaron las cuentas detalladas que había llevado don Diego de Santiyán, así como cartas misivas y órdenes de pago a distintos criados y particulares.