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un folio de papel doblado en cuarto, escrito por el recto del primer cuarto y por el recto del segundo cuarto.
sin cambio de línea entre la fórmula de saludo y el inicio del texto.
cruz
El autor avisa a su hermano Felipe Mazarrasa y Cobo de que recibió la documentación que éste le envío y para explicarle que, debido al mal tiempo, seguramente no podrán reunirse como tenían acordado.
Para hacer uso de las imágenes es necesaria la autorización del Archivo de la Real Chancillería de Valladolid.
En 1834 el gobernador político y militar de Santander (Cantabria) abrió causa por infidencia contra Felipe Mazarrasa y Cobo, abogado y asesor de aquel ayuntamiento. Se sospechaba de la deslealtad del acusado hacia la monarquía de Isabel II en el contexto del estallido de la primera guerra carlista (1833-1840). Una vez que se produjo la detención de Felipe Mazarrasa y Cobo, se procedió al registro de su vivienda y se incautaron de una gran cantidad de documentación escrita, así como de armas. La documentación estaba compuesta por un conjunto de 59 cartas particulares dirigidas, en su mayor parte, al detenido, así como borradores de cartas oficiales que había redactado en su condición de asesor de rentas y consultor del tribunal de comercio del ayuntamiento de Santander. Sometido a interrogatorio, se le acusó de infidencia por sus relaciones familiares y de amistad con destacados carlistas, destacando la relación con su hermano José Mazarrasa y Cobo, quien había participado activamente en el levantamiento de Vizcaya y demostrado su parcialidad hacia la causa del infante don Carlos. El acusado fue preguntado no sólo por las cartas intercambiadas entre ambos, sino por los encuentros y el hospedaje que había facilitado a su pariente en los momentos previos al alzamiento. La acusación también señaló la amistad que mantenía con otros destacados carlistas como Pedro Francisco de la Barana, aunque él minimizó tales contactos.
Si bien declaró su fidelidad a la causa isabelina, el acusado no contaba con la aquiescencia de muchos santanderinos y, así, fue calificado como "un hipócrita, fanático absolutista, adicto al partido del señor Infante don Carlos, enemigo de la Reina Nuestra Señora y Gobernadora del Reino, humilde y virtuoso en la apariencia y sanguinario y cruel en la realidad" (folio 19r). Esta dura acusación se sustentaba en la persecución que, durante el reinado de Fernando VII, había llevado a cabo contra los constitucionales y que quedaba reflejada en los numerosos borradores que conservaba en su domicilio y que formaban parte de la documentación incautada. A raíz de ese enconamiento, Felipe Mazarrasa y Cobo -quien había contado con el auxilio de Vicente González Moreno- había ocasionado una descapitalización humana y económica de la ciudad de Santander, ya que muchos de sus vecinos habían tenido que exiliarse.
En su defensa, el acusado alegó que no se le podía imputar crimen alguno en virtud de las pruebas presentadas. Consideró que él no podía ser culpado por su parentesco con José Mazarrasa y Cobo, y menos aún hacerle culpable de los actos y pensamientos de su hermano. Tanto las cartas como la cohabitación que se había producido antes del alzamiento no le hacían ni partícipe ni responsable de la actitud de su hermano. En relación a las misivas, señaló que casi todas versaban "sobre cosas insignificante y familiares" (folio 25v) y no sobre conspiraciones políticas. Asimismo, señaló la variedad de las relaciones y amistades que mantenía, de tal manera que, si bien no negaba el conocimiento de personas que militaban en la causa carlista, también contaba con contactos dentro de las filas isabelinas, entre ellos un hermano capitán en el regimiento de Mallorca. También minimizó la importancia dada a los borradores de cartas oficiales que se habían hallado en su vivienda y señaló lo absurdo de hacerle responsable de hechos pasados que respondían a circunstancias excepcionales.
El proceso fue sobreseído. Se decretó el confinamiento del acusado en la ciudad de La Coruña, desde donde trató de apelar esta decisión. En 1846 se produjo el archivo definitivo de la causa y se liberó a Felipe Mazarrasa y Cobo del confinamiento en la ciudad gallega.
Letter from José Mazarrasa y Cobo, high-rank army officer and district attorney, to his brother Felipe Mazarrasa y Cobo, lawyer in the «Reales Consejos» and Revenue Assessor.
The author informs his brother Felipe Mazarrasa y Cobo that he received the documents this sent him, and that he will not be able to meet him, as they agreed to do, because of the bad weather.
In 1834 Felipe Mazarrasa y Cobo, attorney and consultant of the local government, was accused by the governor of Santander of treason, because he was suspected of collaboration with the Carlists in the context of the First Carlist War (1833-1840). He was arrested and his house was searched. Fifty-nine letters were seized and joined to the proceedings. During the interrogatory he was accused of treason because of his connections with important members of the Carlist party (among them, don Pedro Francisco de la Barana), and in particular because of his relation with his brother José Mazarrasa, who had participated to the uprising in Vizcaya and declared his loyalty to the Infante Carlos. He was interrogated about his relationship with his brother, about their meetings, and about the hospitality he had given his brother before the uprising.
Although he had declared his loyalty to queen Isabel, Felipe Mazarrasa was hated by a lot of people in Santander, because during the reign of Fernando VII he had severely persecuted the Constitutional Party. That persecution had caused the human and economic impoverishment of the city of Santander, because many people had had to go away from the city. In the folio 19r he is described as «hypocrite, fanatic absolutist, enemy of the Queen Isabel, partial of the Infante Carlos, apparently he is modest and righteous, in reality he is cruel and vicious».
Felipe Mazarrasa declared himself innocent, and declared that the proof did not demonstrate anything and that he could not be blamed for what his brother did or think. He said that the letters joined to the proceedings were about familiar matters of scarce importance. Moreover, he did not deny that he had acquaintances among the Carlists, but he underlined that he maintained also good relationships with people of the party loyal to queen Isabel: among them, one of his brothers, who was captain of a regiment in Mallorca. About what was said by many people from Santander, he added that it was absurd to persecute him for what had happened in the past and in exceptional circumstances.
The process was dismissed. He was condemned to banishment in the city of La Coruña. From that city, he tried to appeal his case. In 1846 the cause was definitively closed and Felipe Mazarrasa was freed from the banishment.
carlo
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bernada
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