El autor explica a la destinataria las ideas que tiene acerca del buen gobierno de las religiosas, las reformas que deben realizarse y cúal es la manera de conducir un monasterio.
[1] | y las enseñaron en el Noviciado: qe no deben
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[2] | comer en el Refectorio, ni menos sufrir qe se les
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[3] | quite el horno, qe no deben permitir qe la Abadesa
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[4] | deje de manejar el caudal a su advitrio: y que
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[5] | sobre todo cortarles la libre comunicacion con los
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[6] | de aca fuera es quererlas encerrar.
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Me parece salvo meliori, qe Vmdes han
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[8] | respondido como unas Religiosas, qe caminan
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[9] | a la perfeccion, y los que han dado dictamen han
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[10] | decidido como theologos Misticos. Los fundamentos
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[11] | son los mas solidos, y las rasones particulares,
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[12] | qe cada una tiene son tan eficaces, que yo no se
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[13] | quien dude sobre esto. S Y no dice otra cosa en
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[14] | su carta, sino que es necesario arreglar el convto
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[15] | en sus rentas, y economia; porque se ve practicamte
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[16] | qe Vmdes no tienen qe comer por la mala admi
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[17] | nistracion, y Vmdes responden qe asi lo profesaron,
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[18] | y asi lo enseñaron las sras de sevilla. La cul
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[19] | pa quien la tiene son las tales Dueñas qe dexa
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[20] | ron mandado qe Vmdes profesen no tener econo
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[21] | mia, y tener Mayordomos, qe se coman las rentas
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[22] | del Monasterio, o qe nunca den quentas.
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