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[1680-1682]. Carta de Miguel Ortega y Vallejo y Calabria para Manuela de Quesada.

ResumoDon Miguel Ortega reprocha a Manuela de Quesada que no acudiese a una cita concertada unos días antes en el locutorio del convento.
Autor(es) Miguel Ortega y Vallejo y Calabria
Destinatário(s) Manuela de Quesada            
De España, Jaén, Martos
Para España, Jaén, Martos
Contexto

En 1682 el licenciado Alonso de Herrera, alcalde del crimen de la Real Chancillería de Granada, procedió a la investigación y castigo de un delito de quebrantamiento del convento de Santa Clara de la villa de Martos. La denuncia procedía de las religiosas del convento y señalaba como principal acusado a don Pedro de Escobedo y Cabrera, caballero de la Orden de Calatrava y personaje principal de la villa de Martos. Asimismo, resultaron culpados don Miguel de Ortega y Vallejo y el presbítero don Juan Salcedo. Los tres habían mantenido relaciones indecorosas con tres religiosas del convento: doña Quiteria González y Mora, doña Manuela de Quesada y doña Ana de Ortega. Las pesquisas se centraron principalmente en la persona de don Pedro Escobedo, de ahí que la mayor parte del expediente se refiera a él. De hecho, a consecuencia de los registros en su casa se incautaron diversas cartas, entre las que destacan las misivas amorosas y particulares escritas por doña Quiteria González. Fue la relación entre ambos la que originó todo el escándalo posterior. Don Pedro de Escobedo entabló la relación amorosa con doña Quiteria cuando esta estaba todavía en el "siglo" (muy posiblemente en la década de 1660-1670). Él fue responsable de la salida de doña Quiteria de la casa paterna y de que la pareja se ausentase de Martos durante algunos días. Al volver a la villa, don Pedro dejó a doña Quiteria en un convento y se marchó a Indias, donde debió de tener algún cometido de tipo oficial. Durante su ausencia, la comunicación epistolar entre ambos se mantuvo, lo que dio continuidad a su vínculo sentimental. A su vuelta doña Quiteria ya era monja profesa, pero ello no supuso inconveniente alguno para la continuación de su relación amorosa con el resultado del mencionado delito del quebrantamiento de convento. En efecto, las casas de don Pedro colindaban con el cenobio, lo que permitió la comunicación de los amantes. Ambos fueron los catalizadores de las otras relaciones amorosas que unieron a don Miguel con doña Manuela y a don Juan con doña Ana. Doña Quiteria trató de favorecer los tratos amorosos entre su amante y otra religiosa, doña Juana de Santiago, quien rechazó vehementemente los avances. El escándalo fue mayor por las continuas salidas nocturnas de las parejas por las calles de la villa, así como por el embarazo de doña Quiteria, quien dio a luz en abril de 1682. A ello hay que sumar otra causa delictiva que afectó a don Pedro y que concernía a su matrimonio ilícito -previo estupro- con doña Isabel de Ortega.

Ante la gravedad de los delitos, don Pedro trató de huir de la justicia y con ayuda de terceras personas se escondió en la propia villa. Cuando el licenciado Alonso de Herrera procedió a su detención, el reo disparó e hirió en la cabeza al alcalde del crimen, con lo que se unió un agravante más a su causa. Finalmente la causa se sentenció con la pena capital para don Pedro, don Manuel y Juan Salcedo, así como penas de muerte y destierro para otros implicados en el crimen. En el caso de don Pedro, la sentencia declaraba que debía morir a cuchillo, su cabeza debía colocarse en la torre más alta de Martos y su mano derecha encima de la puerta del estanco de tabaco. En relación a las monjas, hubo pieza separada instruida por la instancia eclesiástica pertinente, por lo que no sabemos la pena a que se enfrentaron.

Suporte un folio de papel doblado en cuarto, escrito por todas las caras.
Arquivo Archivo Histórico Nacional
Repository Consejos
Fundo Escribanías de Cámara
Cota arquivística Legajo 26226,Expediente 14
Fólios 127v-128v
Transcrição Elisa García Prieto
Revisão principal Gael Vaamonde
Contextualização Elisa García Prieto
Modernização Gael Vaamonde
Anotação POS Gael Vaamonde
Data da transcrição2014

Frase s-2 en las ocasiones se espirmentan las fineças naçidas de una boluntad pues en ninguna ocasion mas bien que en la de anoche
Frase s-3 pues es çierto que no creiera de vm tal ingratitud bien mereçida a mis pocos meritos
Frase s-4 pues aunque conoçco que no los tengo siquiera por lo que vm sabe i io tanbien no tenia de dar a entender la poca boluntad que me tiene sino obrar con mas cariño pues sabe vm que en mi no a faltado con la soli disposiçion que mereçe
Frase s-5 io me tengo mi mereçido pero no inporta que con que vm tenga gusto en la q anoche iço que fue quedarse en su cama i no salir diçiendoselo las conpañeras i abiendose tratado en el locutorio i quedando vm en ello pues no me dijo si ni no
Frase s-6 fue haçer burla de mi
Frase s-7 con lo que consuelo es que no la a de traer otra bez porque no estoi enseñado osso sino que se hagan muchas finecas
Frase s-8 i que si fuera menester se dejaran caer por el mal beçino pues io pagara su bida con dar mi cabeça si fuera menester como vm sabe
Frase s-9 que en alguna ocasion dije que si me la quitaran de los ombros por su causa fuera para mi de grandisimo gusto
Frase s-10 i es berdad
Frase s-11 juro por dios i por esta
Frase s-12 mire vm lo que bale la ojaladera de los calçones porque no quiero tener nada que agradeçerle
Frase s-13 çintas tengo io
Frase s-14 esas rronpalas vm que io lo estimo
Frase s-15 i entienda una cosa que lo que tengo prometido lo cunplire como caballero
Frase s-16 ia ba don pedro en traer la rrosilla
Frase s-17 i lo demas luego que benga se lo rreefire a vm i lo demas que ai en esa

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