El autor escribe a Pedro de Lechaur criticando el estado actual de la Iglesia y opinando sobre el futuro de dicha institución.
Murcia
25 Dici de 1811
Mi Señor y muy estimable amigo: La carta de Vd
me ha sido gratisima, como la de quien debe ocupar en mi
corazon un lugar tan distinguido como el de nuestro santo
y dichoso Dn Joaquim. Yo tengo puestos mis ojos sobre Vd
de una manera intima y expresiva, persuadido de qe reunidas
alguna vez (qe no se tardara) nuestras miras en los santos in
teriores de Dios, hemos de cumplir lo que falta a los sufrimi
entos de Cristo. Lo qual es tanto mas estimable, quanto mas
dificiles y mas apostolicos son los tiempos de ahora que los
qe nos habian precedido. La Santa Iglesia se va aproxi
mando a los dias de su restablecimiento, que podran quiza
ser semejantes a los en que se establecio. Vd sabe mui bien, que
las revoluciones de los imperios jamas han dexado de servir
a los adorables designios del Señor sobre la que es en el divi
no misterio la carne de su carne. ella por consiguiente debera
experimentar bien pronto en si los efectos de una sabiduria
piadosisima que sobre tantas vejeçes como la afean, levantara
la simpliçisima y apostolica hermosura, que siglos hace estamos
deseando ver sobre su desfigurado rostro ¿quien sabe la parte que
a Vm, y a mi nos ha de tocar en esta obra? A Vm por lo que se
ra, y a mi por lo que tan injustamente soy, pues que no debia