El autor escribe a Josefa Márquez tratando de convencerla para que confiese quién le hizo estar equivocada en cuestiones de fe para evitar la condena del Tribunal Inquisitorial.
Torralva
y Octubre 11 de 1816
Señora Josefa Marquez: penetrado mi corazon del mas vivo
dolor, al ver el desapego, desamor, y desprecio con qe fui recibido en la ma-
ñana del dia nueve del corriente mes, y la poca o ninguna impresion
que le hicieron mis razones en asuntos de importancia pa la salvacion
de su alma y su bienestar, paso a hacerle presente esta mi carta,
dimanada de la interior caridad christiana qe reyna en mi, pa cum-
plir con los altos y santos deberes de Sacerdote y Padre Espiritual, deseo-
so de su verdadera felicidad, cuyas pruebas tiene Vmd nada equivocas,
debo decirle, qe considere en su interior desnuda de toda pasion las ra-
zones qe me dixo en su sala delante de la Ymagen de Maria Santisima
Dolorosa; y asi sosegada vea, si aquellas razones fueron arregladas a la
Ley santa e inmaculada de Dios, y si fueron bien dichas a un Ministro
del Altisimo, qe con un puro zelo trabaja incansablemente en benefi-
cio de su alma, como Vmd tiene experimentado. Viendo unas señales
tan indubitables del calamitoso estado su alma, estoy traspasado de pe-
sadumbre sin tener sosigo dia y noche, considerando las terribles desgra-
cias qe va a experimentar segun la severidad y rigor de la divina justi-
cia, si no trata de dar pasos pa su enmienda: pues aunqe Dios es mi-
sericordioso pa los pecadores reconocidos y convertidos, tambien es terri-
ble y rigurosamente justiciero pa los pecadores obstinados y reveldes. Es-
to nos enseña la fe qe hemos profesado en el bautismo; de lo qe quie-
ro se penetre su corazon pa el bien de su alma. Y asi si no quiere hoir
mis amonestaciones y consejos qe hasta aqui le he dado ,y le daré en lo
sucesivo, sin cansarme, ni desistir, me enviara a decir, qe no vuelva a
poner los pies en su casa; de lo qe espero respuesta sin perdida de cor-
reo. Dios quiera qe esta carta halle a Vmd en mejor disposicion qe yo
la hallé, y haga el fruto qe deseo, como Ministro de Jesuchristo, qe es
la santificacion y salvacion de su alma. Fr Rafael de Almagro