Navalmoral de Pusa
y mayo 2 de 1805.
Maria, no se sabe la pesadumbra qe por
ti padezco. En este dia entraron en casa re
pentinamente el Alcalde y el Escrivano de
aqui a registrar toda la casa que lo hicie
ron, y hasta la gerga, motivados de cierta
quexa que se ha dado d esa ciudad, dicien
do o sospechandose que acaso yo tendría va
rias sabanas, doce cubiertos de plata, un
Rosario y otras alhajas, pero como nada
havia, nada encontraron. Yo estoy muerta
de pena, sin saber que cosa es esta, tu sa
brás acaso por que será, sin perdida de tiem
po, dimelo, y si acaso te hallas inculcada
en algo Dios quiera que no, pues me muero
de dolor. A nadie te des por entendida de esto
porque nadie lo sabe, sino el Alcalde,
el Escrivano, y yo, y como es cosa delica
da, no conviene se sepa nada. Cuidado
no dexes de escribirme de contado, qe
quedo con bastante hana saberlo, y en
el sobreescrito pondrás pa que la carta
no se extravie asi: A Dn Manuel Justo
de Morales, Preceptor de latinidad y retorica
en Navalmoral de Pusa. Por Talavera la Reyna
A Dios, este te haga buena y te de su
gracia como desea tu madre.
Sabina de Arroyo