Rmo Am y Dueño es-
tos correos, que an pasado des
de el recivo de la 2ª pte del
indice he padecido una op-
thalmia (en mi temperamento
propiamente hydropthalmia)
q aun remediada me dexo
delicada, y obscurecida la vis-
ta; conq ha sido nueva mor
tificacion imponderable no
haver podido leerla. Ya al-
go restituido, cegando he po-
dido medio verla. Pero que
es esto! Juego de Gato, que
araña, quando manosea nò
mas? O como los cachorros
de ezequiel, q entran al mun
do con garfios, y dientes, pa-
ra morder, y sacar sangre?
Leo factus est, et didicit facere
predam, hominemque comedere.
Deberemos precavèr antes el
riezgo:
Pasce canes, qui te lanient, catulosque luporum.
Bien se yo como pueda ser
misterio el pecado, y que no sea
pecado por ser misterio. Pero
cabe en el espacio de la posi-
bilidad en este asumpto, que
pueda ser virtud la mas exe-
crable culpa? Si la necesidad
de convertir à los suspensos, per-
mite tal hypothesis, q nosotros
practicamente admitamos tan gra-
ve indiferentismo, el proiecto no
serà Circe de irreligioso delicto;
pero aun todavia entonces serà imposible un tal
proiecto.
El q intente elegir
la verdadera religion haci-
endo juicio con su razon por
los misterios, y no por lo mo-
ràl, se precipita. Para eso famoso
alguno dijo baste la razon
natural sola, pq si no los
alcanza, como podra distin
guirlos? No le es posible el
criterio si sean ciertos, ò fal-
sos.
Luego la verdada religion
es invenible, en qn nò tiene Fé
infusa, por donde no excede
a la razon natural. Y este
camino solo es lo moral de
la misma religion en que se
quiera el examen. Por aqui
no solo no excede de la na-
tural razon, sino q està con
intima presencia, con inse-
parable encuentro en ella
misma. Ve aqui con eviden-
cia demonstrable la razon:
"porque ninguna ley, o re
"ligion, absolutamente, puede
"engañàr con buenos medios,
"y mal fin. es imposibilidad
de repugnancia se acabe màl,
viviendo bien.
Mas se querrà
instar, q esto yà es suponer
lo q se debe probar, y evidente
mente convencer, que ay tal
bueno, ò mal fin: que ay ver-
dadera Religion: que ay Dios;
quando eso es lo primero, y pre-
cipuo en q fluctua el animo,
duda la razon natural, y se
suspende el juicio.
Si nò nos cons-
tase con indudable certidum-
bre el q hemos de morir, quan-
do lo vemos en todos, y à ningu-
no essento. Si la conciencia pro
pia à cada uno, nò nos cruciase
horriblemente, quando obramos
contra lo que nos dicta la ra-
zon; ya pudieramos negar, o
al menos dudar el q havia
Dios.
La misma desigualdad
en individuos de igual natu-
raleza, seria un argumento de
insipiencia en el que creyese
havia Deidad. serian acasos
entonces los successos. Mas
como aquella infalible certe-
za, y la propia conciencia
nòs haga ver no tenemos dro
en la vida à un instante se-
guro, y nos amenaze, y acuse
la que no es honesta y raci-
ional vida, èsta nos necesita
à creer el q ay bueno ò mal
fin; q ay Religion; q ay
ley; que ay Dios, q nos la ha
dado interiormente; y q estos
son los medios, este es el ca-
mino de la razon natural
para encontrar la verdadera
entre tantas, q vemos en el
mundo.
Yo protesto à V Rma q
en contestandome à la pri-
mer dificultad de que nos pu-
eda ser permitido el suspender
el acento à la fe infusa, que
profesamos, y tenemos; yo le digo
entonces, que fuerza hacen,
y q respuesta hallo à todos
sus argumentos; aunq con-
fiese sin empacho, que havien
do leydo nò pocos Polemicos
de la mejor critica, algunas
especies me han sorprendido
ahora, hiriendo con novedad
mi fantasia.
Por todo lo dio, y
mas, q no se significar en
una carta, es congoja de mi
alma nò ver la tercera parte
y quanto tenga trabajado V
Rma q le suplico me comuni
que, pues sabrè reponerlo en
clase aparte venerando su
pluma mas allà q otro algu-
no, de quantos pueda haver
comunicado. Y siento sobre
manera, q ahi con inmedi-
acion, y exercicio no huviese
visto este tratado para que
en oficio de licenciar su im-
presion, sin comision à otro,
yò mismo huviese trabajado,
è insertado fundada la cen-
sura; porq les tengo amor
à estas materias, y siempre, q
se proporcione dirè mi sentir
en ellas
con mi viage tambi-
en me privè de la fruicion
de la obra, q V Rma està im-
primiendo, q deseo vèr para
mi instruccion. V Rma en golo
sina con su estilo, y erudi-
cion critico varia tanto, que
en el indice ameniza, y per-
suade mas allá de lo que es
menester para dudar, ò suspen
derse.
En todo lo q aqui omi-
to respta cuidare, y nò sea V
Rma suspenso conmigo, con mi
amòr, mi ingenuidad, mi bue-
na ley, y deseo de su mayor
bien y de servirle.
Nro sor gde a V Rma
felizmte m a.
Madrid
y septre 11 de 1753
B l mano a V Rma su
fiel Am sor y capn
Manl de la Fuente
Pazos y Caro
Rmo P Franco Santos.